jueves, 24 de julio de 2008

The wrong impression



Santo Domingo huele y yede a coco y miel-de-abeja. Parece una ciudad africana que riñe con edificios de 30 y hasta 40 pisos de alto. Hay cruseros anclados siempre. Hay iglesias en cantera del siglo XVI, de puro sabor español, que no hacen otra cosa que contrastar y constrastar. La pobreza Y ostentosidad de muchos dominicanos es rara.


Algunas guaguas (el equivalente a las coaster salvadoreñas) dan asco. Apestan a mierda. Eso sí, llevan aire acondicionado y no ponen mùsica. La ciudad es enorme y llena de tráfico. Siete carriles a cada lado para entrar y salir de la ciudad y un embotellamiento que se parece a los de Guatemala o México.


Eso sí. Santo Domingo tiene el mismo clima que el Centro de San Salvador. Igual. Como tibio. Está plagado de turistas, pero lo que abundan son las caras morenas. Yo no logro mimetizarme. Me siento fuera de onda. No soy Caribe.


La comida está en todas partes, en las aceras, y vitrinas. Una dominicana me dijo:


-Ande, pruebe el mangú (pure de plàtano con especias), o el salchichón, o el quéso-frito, o el arró con abichuela. ¿Me cojiste muchacho? ¿Me copiaste? ¿Ustedes en México qué comen pue, ademá de taco?


Yo le dije que iba a regresar mañana. Todo es fritangas acá. Aquí es la capital de los pollos fritos. Tienen todo tipo de nombres: Pollito-chiken, Cariben pollito y Pollo dominico. Venden muchos cocos y habanos por todos lados. Y todos los negros se visten como Proyecto Uno: con pantalones guangos, medio calzón de afuera, gorra de los Yankees y es opcional: tenis blancos, zapatos de vestir color madera de teca o unas botas industriales. Las mujeres todas tienen nalgas. Usan shorts para lucir su sensualidad caribeña. Los dominicanos les silvan y ellas los putean, pero no logro entender què les dicen.


Ya me aburrí de explicarles a estos morenos que soy de El Salvador. No saben qué es eso. Lo que sí me ven dibujado en la cara es una gran sìmbolo de dólar. Y de dónde. Me preguntan si quiero llevar maracas a solo $20 el par. Unas baladas de morro. -no gracias moreno.


El colmo del día fue: Una negra que me arrebató $100 pesos ($5) , porque me dijo que me iba a cambiar el dinero en monedas para que no me estafaran en la guagua, y la muy muy de ipso facto subió a una moto, y se fue. Qué hábil.


Esta ciudad està rara. Yo me siento gringo aquí. Me hacen sentir así. Mañana voy a bailar merengue. A ver qué tal me va. Este costumbrismo afro no es el mio.







3 comentarios:

  1. Carlagas, jajajajaja, que primer día has pasado.
    vos relajate, disfruta, move el cuchumbo y isno, acordate del consejo, pegate en la cadera para agarrar ritmo.
    PD. trae cigarritos para probar.
    Como goza!!!!!

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  2. Qué despectivo sonás.
    Qué decepción.
    Pero es tu onda.

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  3. Cartlitos!!! So, no genet bella hasta el momento ahí? jajajaja

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