domingo, 6 de julio de 2008

Plan Bella Versión 7.8

—¿Por qué es tan importante, para todos nosotros, esto de la belleza? —pregunta un periodista a la actriz mexicana María Félix (1914-2002).

—La belleza es un don aparte. Quien la tiene: es privilegiado. Porque ayuda para todo, para todo —María estira una mano, llena de anillos de oro, la mueve en círculos y continúa— Yo me imagino que la belleza te ayuda porque naciste en un lugar, porque tuvistes una infancia, porque tuvistes unos hermanos, porque tuvistes unos maridos. Todo eso te hace bella.

—Pero, tú pudiste haber nacido en cualquier parte...

—No, no, no, no... te equivocas. Yo he de haber nacido en Sonora, en mi tierra de Álamos. Con mis montañas, con mi aire. Yo creo que ahí nace la belleza.

María Félix era hija de una española y un indio yaqui. O al menos éso dicen siempre. Durante toda la mitad del siglo XX María hechizó a cuanto hombre ¿y mujeres? se cruzó en su camino, desde Guadalajara, a Madrid, Paris y Roma. Se casó cuatro veces he ilusionó a millones que continuamos escribiendo sobre ella. La Doña, o María Félix era comparada con la belleza de la virgen María. Con los rostros de la imaginería católica. Su rostro era casi divino, una mirada suya era bendición o maldición. De hecho en el cine, Tizoc, Pedro Infante la imagina así: una virgen con todo y manto, rodeada de refulgor celestial. Me gusta ese cine mexicano.
Ella decía que una negra cabellera ayudaba, a mejor expresar, su altivez o su desdén. También pregonaba que "la wapesa debía incluir porte e inteligencia. Sino eras otra bonitilla común y corriente". La australiana Natalie Imbrugla entiende ello. Su cabello negro enmarca un rostro claro de simetría perfecta, de contraste. Los labios gruesos y la mirada lánguida sólo ayudan a fijarse más en ella. L´oreal, Revlon, Sony y Hollywood lo han hecho.
La belleza es un tema con estigma de friívolo. Se le relaciona con bulimias, gimnasios y anorexias. Pero lo que es peor aún: un feo escribiendo sobre beldad. Pero, yo me pregunto quién no se ha enamorado de un rostro bonito. Quién.
Yo crecí, siendo hijo de una mamá que recibía criticas de mi abuela paterna porque la consideraba "creída y vanidosa porque era bonita". Mi mamá lloraba y aún así se veía preciosa. Mi mamá es hija de un abuelo de ojos azules y una abuela morena como la panela. En sexto y séptimo grado mis amigos me hacían broma sobre ella, eso me enojaba y prefería que mi mamá no llegara al colegio. A mi hermana y a mí nos han dicho hasta la saciedad que porqué no salimos a ella. En resumen, nos han dicho, que somos Shrek y Fiona. Y mí me encantaría responder una grosería, tipo de vieja vende cd´s quemados, pero que diría la sociedad. Mi mamá nos enseñó a ser bonitos por dentro y a tener ropa bonita, de vez en cuando. Mi papá es polvo de otra polvera.
Los griegos hace miles de años le rendían culto a la belleza. Para ellos era un dios, casi como hoy. Había que levantarse temprano para ir al gym, o correr hasta Olimpia para tornear las piernas. La belleza se relacionaba con el sexo. Había que vagar desnudo para que todos admiraran curvas y tríceps. Para los griegos el amor era un concepto opuesto al sexo. Para ellos ser bonito y sexual no era felicidad. Era solo placer visual y sensorial.

La Afrodita de la imagen parece estar harta del acoso de un centauro horny. Ante tanta lascividad ella parece querer restregarle su yina en la boca. Hay un ángel ahí que no sé qué vela tiene en el entierro. Debe ser un vouyerista.


Las concepciones griegas se olvidaron por siglos y siglos, gracias al cristianismo y otros, pero en el renacimiento italiano, hace más de 500 años, resucitaron a Venus o afrodita. Aquí se le ve desnuda y bella. Desde entonces todo mundo le hace la venia. La belleza vino del mar, en una veiera, a modo de perla. María Félix fue después.



La mexico-libanesa Salma Hayek tiene un rostro bonito. Ella conoce el valor ($) de serlo. Desde el año pasado co-produce The Ugly Betty.

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