lunes, 8 de octubre de 2012

Transarmenia


1890. Este es el antiguo templo de un pueblo que alguna vez se llamó Guaymoco, Armenia. Según este grabado, publicado en 1890 por el geógrafo Guillermo Dawson, el templo se hallaba en plena "construcción". Tengo una tesis distinta: este es un templo colonial al que simplemente le estaban reconstruyendo su rostro con líneas "más actuales".

Su perfil superior luce muy desnivelado e irregular. Pareciera que la nueva fachada partía de los restos de algo más antiguo hecho con mampostería. De hecho, en la imagen, podemos ver el artesonado y los contrafuertes acabados de un típico templo colonial salvadoreño.



 ¿1900? Esta imagen es una auténtica joya salvadoreña. No solo dá cuenta del aspecto final del templo de Armenia, habla también de Claudia Lars, la poetisa salvadoreña más destacada del siglo XX.

Este daguerrotipo perteneció a Patrick Brannon, un ingeniero estadounidense  que radicó en Armenia a finales del siglo XIX. Él vino con un puñado de ingleses que construyeron el primer ferrocarril del país alrededor de 1882. Patrick fue además el padre de Carmen Brannon, el verdadero nombre de Claudia Lars, quien nació en 1899.  La imagen tiene algo escrito de su puño y letra: "La iglesia donde me bautizaron" (ver arriba).

Obviamente no conocí a Patrick Brannon, sin embargo creo que es el tipo sombrerado, de tez clara, que se sujeta de un arbusto plantado en el atrio (ver arriba). De hecho, los Brannon-Vega vivieron en una casa-portal que pervive, como sede del partido FMLN, a un lado de la iglesia.

Esta iglesia  me resulta mucho más simpática que la actual. ¿Era neoclásica? Quizá era un poco de todo. Su puerta ojival recuerda al gótico. Sus capiteles campaniformes recuerdan al estilo egipcio. Y las cúpulas de sus camparios recuerdan a los de Suchitoto, cubiertos con platos soperos y rematados con un pináculo con forma de huevo.
 


1917. La última erupción del volcán de San Salvador ocurrió en junio de 1917. El cataclismo fue antecedido por un terremoto tan violento que echó por el suelo a toda la capital, Quezaltepeque y, claro, Armenia.
Entre los escombros hay detalles. Los círculos verdes encierran a algunos personajes que posan sin miedo a un potencial derrumbe. En cambio, los círculos rojos encierran a dos nichos u hornacinas (ver arriba) que quedaron al descubierto tras el terremoto. Probablemente, las hornacinas fueron repelladas antes de 1890, cuando por alguna razón desconocida decidieron construir una nueva fachada.
 
Esas hornacinas, ¿serían vestigios de un templo barroco? Lo único cierto es que la parte más antigua, quizá colonial, fue la que menos se desmoronó.  Además, llama la atención que el seísmo le arrebató los platos soperos a la cúpula del campanario (ver arriba). A propósito, la fotografía es cortesía de Jorge de Sojo, quien atesora cientos de imágenes antiguas del país y tuvo a bien enviármela.


¿1950? Esta fotografía la plagié de otro blog.  Uno que describe que este templo fue devorado por el fuego alrededor de 1950. Seguramente estaba hecho de adobe, madera y láminas. Luce muchísimo más modesto y básico que el anterior. Inclusive, sus campanarios aparecen sin repello.
1961. Esta fotografía también la encontré en otro blog. La fotografía data de 1961, cuando el país era gobernado invariablemente por militares. Esta es la iglesia que se conserva hasta el presente día. Se trata de una estructura cubica, mejor-esto-que-nada, alejada del estilo de sus antecesoras. Ignoro si tiene algún estilo arquitectónico.
1993. Así lucía la iglesia de Armenia en los noventas. A diferencia de la imagen anterior, ahora le faltan sus campanarios. Probablemente, el terremoto de 1986, o el de 1982, se los amputó. Llama la atención  una de las champas del parque que aún exhibe un rótulo de la extinta Arci-Cola.  
 
2012. Así luce actualmente la iglesia de Armenia. En los últimos 122 años, este templo, como muchos otros del país, ha sido transfigurado, por lo menos, cuatro veces.  ¿Será este su rostro definitivo?

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