sábado, 9 de marzo de 2013

Sol, Gran Vía, Tribunal, Bilbao..

El metro de Madrid se duerme con puntualidad a la 1.30 de la madrugada. Un dato que alguien que no tiene coche, como yo, no puede pasar por alto... Poco antes de la medianoche, y a pesar del frío, intenté zambullirme por el centro de la ciudad acompañado únicamente por un cigarrillo y bolsón. Cerca del barrio de Malasaña, famoso por sus pubs de estilo irlandés y sus discotecas, me entretuve viendo vitrinas y rostros, como el de un chico marroquí que vende cervezas enlatadas, o el de los tres adolescentes que se besaban de boca al mismo tiempo en plena calle.

Más me sorprende la manera en que esta ciudad exhibe al pan, más bien me sorprende su variedad: baguette, bolillos, croissants servidos entre espigas de trigo y tarros de mantequilla... Vi una limusina que transportaba, creo, a varias prostitutas que escuchan reguetón... Las farolas, el olor a cigarro y a tapas... La arquitectura  de la mayoría de edificios, es simplemente bella, sobre todo el edificio barroco que está a la salida de la estación del metro llamada Tribunal. Me dejé perder y de repente estaba en una plaza salpicada de prostitutas (intuyo que dominicanas) jalonada por una iglesia labrada en cantera color café con leche.

No sé a qué horas alcancé la Puerta del Sol, una famosa y céntrica plaza madrileña, pero al atisbar su torre del reloj, empezó a llover muy fuerte. Me mojé todo. Con vaho saliendo de mi boca, no sabía si seguir caminando en dirección a lo que no conozco, el occidente de esta plaza, pero recordé que el metro deja de correr a la 1.30. Y junto a un río de jóvenes españoles, entré en las fauces del metro.

Viajé junto a dos asiáticos, un tipo disfrazado de cavernícola, una pareja de cuarentones que no paraban de besarse, un tipo dormido solo Dios sabrá desde cuántas estaciones atrás... Y un señor famélico que vociferaba tener Sida en fase terminal y que se arrodilló para pedir comida, ropa... Luego de mil paradas, "Sol-Gran Vía-Bilbao-Cuatro caminos...", llegué a mi estación, la del Barrio del Pilar. Mi dolor de pies es proporcional a mis ojeras...  Buenas noches.

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